In Memoriam: Se fue “Falucho” Medina

Raúl Medina  (Foto: Jornada)

Por Rolando Hompanera

Sin dudas muchos recuerdos me vienen a la memoria cuando se nombra a Raúl Eliseo Medina, a “Falucho”, que en paz descanse.
Enseguida me resuenan los aplausos y la algarabía de una de las noches más encendidas que viví al borde de un ring, de un cuadrilátero. Y fue en el mismísimo Municipal N°1 de Trelew, acá nomás, cuando se vivieron aquellos inolvidables duelos ante “El Cacique” Horacio Chicagual.
El 29 de noviembre del 2002 con la primera victoria de Medina por fallo unánime, en una pelea espléndida, que le significó arrebatarle el título de campeón argentino de peso mosca, cuando Narváez ya reinaba en el mundo de la OMB desde hacía tres meses.
Y la segunda el 25 de julio del año siguiente, en el 2003, cuando los jueces de la pelea determinaron un dudoso empate en las tarjetas que dejó a todos con las ganas de un tercer y definitivo enfrentamiento, que nunca se concretó. Chicagual seguía siendo el rey sudamericano y Falucho dueño del cetro nacional, a pesar de que ambos habían decidido exponer sus títulos.
Lamentablemente su vida personal se vio marcada por diferentes aristas y una mala toma de decisiones que perjudicaron incluso su desempeño sobre un cuadrilátero, pero peor aún terminaron con su vida en una situación indeseada.
Pero prefiero quedarme con su recuerdo con los pantalones cortos, las botas de boxeo, el bucal protegiendo su dentadura y siempre los guantes en guardia. Dueño de una movilidad asombrosa para lateralizar y abandonar cuasi un fantasma el sitio en el que sus oponentes lanzaban duros envíos buscando su humanidad.

El boxeo es el arte de pegar y no dejarse pegar y así, sigilosamente, lanzaba su jab de izquierda y salía por un costado buscando una mejor ubicación.
Defendió con éxito en una oportunidad su título argentino, después lo perdió y se alzó con el sudamericano y enseguida con el Mundo Hispano de la OMB. Con Ricardo Toledo con quien había cedido el titulo argentino vivió un par de duelos hasta que pudo recuperar también ese título nacional y defenderlo varias veces.
Visitó Australia para medirse con Vic Darchinian, México ante Alejandro Hernández, Brasil frente a Edison Lucena Lima, Chile ante Miguel González y Sudáfrica ante Mzuvikile Magwaca, en lo que fue su última pelea profesional, en noviembre del año pasado, en uno de sus tantos regresos a los cuadriláteros. Nunca pudo ganar fuera del país.
Raúl Eliseo Medina perdió su vida en un accidente automovilístico entre Trelew y Rawson en un episodio que muestra una vez más otra de las malas decisiones tomadas en la vida fuera de un ring y esta vez el episodio terminó signado por la tragedia. Se fue Medina, igual que en el ring, en su vida personal, tirando golpes a la adversidad y tratando de esquivar los rivales. Esta vez, en un rincón oscuro, perdió por nocaut.
Pero sin dudas en mi retina quedarán grabados a fuego, reitero, aquellos combates inolvidables del gimnasio Municipal, y hoy a pesar de todo y a modo de homenaje parece que escuchara el ensordecedor aplauso y el griterío del público de pie, como aquellas noches, despidiéndolo mientras camina hacia el más allá.

Comentarios

  1. Que lindo, lo que has escrito, la verdad no sabia bien quien era, pero es muy triste saber que su ida termino de este modo.Lamento que no haya tenido una familia o amigos de verdad, que lo amaran,que lo ayudaran a salir de sus momentos de flaqueza y de tristeza, porque creo que si hubiera tenido todo eso, no estariamos lamentando la triste y nefasta partida de este gran boxeador, que pudo haber llegado muy lejos con el cariño y la ayuda de los que solo eran amigos en sus momentos de gloria. Que en paz descanses, Raúl Eliseo Medina.

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